¿No habéis oído esta frase de vuestros abuelos y vuestras abuelas: «Cuanto más feo es un alimento, más natural y más bueno está»?
Vivimos en una época cargada de estereotipos y esta vez han llegado a la mesa. Como consumidores, buscamos unos productos homogéneos y con el mejor aspecto externo posible. Compramos por los ojos y este hecho no siempre asegura que los productos vayan a tener la mejor calidad en su interior.
La patata de Castilla y León es una patata exquisita. Este año, debido a las temperaturas alcanzadas en nuestra comunidad en el mes de agosto, la patata ha sido criada con calor, tornando su color de piel a uno más oscuro, más pardo, es decir, nuestra patata se ha puesto más morena. Este hecho se ha unido a la ralentización del proceso debido a la eliminación de la materia activa que se podía aplicar justo antes del arranque, el conocido como Diquat, con él se eliminaba la mata en 48 horas, ahora el proceso es más lento, conllevando una mayor incidencia del sol.
Desde OIPACYL queremos apoyar la lucha contra el desperdicio alimentario invitando al consumidor a dejar de fijarse en la única parte de la patata que será desechada, la piel, ya que LA PIEL SE TIRA, por lo que… ¿qué más nos da su color?

Ese es el mensaje que ha querido transmitir la Interprofesional de la Patata de Castilla y León con su programa en Surcos. Enlace al programa: https://www.cyltv.es/videoSH/bddbd015-7a3d-4a74-81c8-2a56199920bc/Surcos-518-La-patata-demasiados-frentes-abiertos